miércoles, 27 de noviembre de 2013

Homeschooling y expectativas femeninas

A raíz del artículo sobre educación en casa publicado en El Tiempo, y de las apasionadas e indignadas reacciones que suscitó en muchas madres en nuestro grupo de facebook, y teniendo en cuenta también mi experiencia personal y mis propios sentimientos con respecto al tema, quiero aprovechar para hacer una reflexión sobre el papel de la mujer en la familia que educa en casa.

La frase que causó tanta controversia se encuentra al final del artículo. Bajo el subtítulo de "Podría limitar a las mujeres" dice:

La doctora en Educación, Isabel Londoño, cree que este tipo de enseñanza podría ayudar a acentuar la posición de inferioridad de las mujeres. “En esta modalidad son las mamás las que se dedican en cuerpo y alma a sus hijos y sacrifican su realización personal y profesional”.


En primer lugar, creo que son las mujeres, o mejor los seres humanos, quienes desde su propia situación se limitan ellos mismos. Hace parte parte de nuestras malas costumbres buscar a quien culpar cuando las cosas no salen como las esperábamos. Si una mujer se siente limitada por estar en casa dedicada a la crianza y educación de sus hijos, es ella quien debe buscar la manera de cambiar las cosas. Debe revisar sus expectativas, identificar sus frustraciones o carencias y tomar medidas para tener una vida más feliz.

Segundo, la señora Londoño comete un error garrafal al igualar la realización personal con la realización profesional, pues para cualquier ser humano, la realización personal es algo mucho más complejo y en la mayoría de los casos la vida familiar es un ingrediente muy importante en esa receta, incluso más importante que la vida profesional.

Sobre la situación de inferioridad, creo que también se equivoca, pues al ser la madre quien vive el día a día con los hijos (en la mayoría de los casos, obviamente no en todos), tiene una relación más estrecha con ellos y mayor influencia sobre sus vidas  y para mí eso la coloca en una situación de superioridad con respecto a su pareja en el ámbito familiar. Tal vez desde el punto de vista de nuestra sociedad, el no ganar dinero nos haga parecer inferiores, pero incluso eso es una mentira, pues al hacernos cargo de la educación de nuestra familia, estamos realizando un aporte económico equivalente, por lo menos, al costo que representaría tener a nuestros hijos matriculados en un buen colegio.

¿Nos dedicamos en cuerpo y alma a nuestros hijos? ¡Por supuesto! ¿no eso lo que todas las mamás y papás del mundo deberían hacer? Creo que es un privilegio que muchas madres trabajadoras nos envidian secretamente. Es un trabajo agotador por el que no recibimos ni un peso, pero eso no nos pone en situación de inferioridad, ni por eso estamos sacrificando nuestra realización personal. Yo pienso que mi trabajo como madre es más importante que cualquier trabajo remunerado que pudiera estar desempeñando pues mi aporte al mundo y a la sociedad será mayor en un futuro al estar educando a conciencia futuros ciudadanos.

Ahora, hablando sobre la realización profesional, tal vez le doy la razón a medias, y en eso no coincido con las opiniones expresadas en los comentarios de facebook. Creo que sí dejamos nuestra vida profesional a un lado (de nuevo en la mayoría de los casos, siempre hay excepciones), pero no creo que la estemos sacrificando sino "posponiendo". Y si la estamos sacrificando, pues eso es el resultado de una decisión tomada por nosotras mismas y es igualmente válido. Creo que ser mamá y educar a nuestros hijos demanda mucha dedicación, energía, neuronas y entusiasmo y creo que quienes podemos dedicarnos a ello en exclusiva, agradecemos a nuestros esposos su apoyo y arduo trabajo para hacer que esto sea posible.

No voy a negar y quienes me conocen lo saben, que en mis años de universidad imaginaba un futuro muy diferente en el que poco o nada aparecían el matrimonio y los hijos. Y aquí estoy, después de casi 17 años de matrimonio y cuatro hijos y sé que muchas veces me pesan cosas como la dependencia económica o la falta de conversación adulta. Pero puedo asegurar que desde que nacieron, mis hijos se convirtieron en mi mayor fuente de alegría y satisfacción aunque no toda la vida de mamá sea color de rosa.

Mis hijos han sido mi premio sorpresa en la vida, un premio que no estoy segura de haber merecido, pero que estoy dispuesta a disfrutar al máximo.

1 comentario:

VIVIANA dijo...

Muy de acuerdo contigo Ana, yo fui de las que pensó en algún momento que tener una profesión era muy importante, pero luego de leer y conocer de cerca a las mujeres que educan en casa sentí eso que mencionas por ahi, como envidia por no poder hacer lo mismo, por eso renuncie a mi trabajo, al supuesto éxito, para dedicarme a lo que hoy en día considero mi éxito: poder educar y criar a mi hijos en casa, dedicarme a ellos y ahora que tengo un mayor reto, sigo haciendolo, quizás un poco mas complejo, pero insito en que no dejaria a mis hijos para irme a algun empleo o en busca de lo que llaman exito profesional, pues eso no es mas que un titulillo que nos ha vendido esta sociedad capitalista. El verdadero éxito, por lo menos para mi está en crecer como ser humano, aprender con mis hijos y acompañarlos por la vida todo lo que sea posible.
Un abrazo!!